La sospecha es suficiente para mejorar tu seguridad.
Existen diferentes métodos para conocer si alguien ha invadido nuestra red y es muy recomendable tener bajo cierto control la conexión WiFi en casa para evitar problemas. Una conexión que se ralentiza es una señal de atención. Desconecta todos tus dispositivos y observa las luces del router. Si parpadea considéralo una señal de alarma.
Para evitar que usuarios no autorizados utilicen nuesto WiFi lo primero y básico es cambiar el nombre y la contraseña que vienen por defecto. Cerca del 15 % de las conexiones están con una protección baja y son más vulnerables. Dentro de este 15 % muchas personas desconocen en que estado se encuentra su red. Estos datos han sido obtenidos a través de un Estudio sobre la Ciberseguridad y Confianza en los hogares españoles, realizado por El Observatorio Nacional de Telecomunicaciones y la Sociedad de Información (ONTSI) y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
Las redes Wi-fi accesibles en espacios públicos son lugares de trabajo habituales para los cíber delincuentes, ya que muchas se encuentran con escasas medidas de seguridad. Los usuarios no pueden mejorar la seguridad en un servicio externo pero si podemos mejorar la propia. Para defendernos mejor, debemos eliminar el historial de las redes a las que nos conectamos. Es muy positivo almacenar el menor número posible de redes para evitar que los atacantes puedan suplantarlas. Para realizar estos cambios solo es necesario interesarse un poco en que estado se encuentran nuestros dispositivos y modificarlo en la configuración.
En los espacios públicos es importante no realizar operaciones que implique enviar o recibir datos sensibles en conexiones abiertas, como operaciones bancarias o compras online. Para evitar problemas hay que comprobar que la señal a la que nos conectaremos sea la oficial del sitio en el que nos encontramos.
Con el robo de la red WiFi además de tener una conexión más lenta, los hackers pueden tomar el control de tus dispositivos para hacer phishing, spam o cometer delitos con tu dirección IP.
Los cíber delincuentes saben que el robo del WiFi representa una falta administrativa castigada con una pequeña sanción si son descubiertos y representa un canal ideal para sustraer datos importantes, (como los números de tarjetas de crédito), suplantar identidades o descargar ficheros de contenido ilegal.
Existen numerosas herramientas gratuitas online para descubrir si alguien más está utilizando nuestra red. Es aconsejable rastrear la red sospechosa a través de softwares como Microsoft Network Monitor para Windows, Mac OS X Hints para Apple Hints y Net Scan o Fing para móviles. Hay que tener en cuente que con estas aplicaciones solo detectaremos los equipos que están conectados en el mismo momento en el que se realiza el rastreo.
Se pueden descubrir intrusos accediendo al registro del router y en el historial de dispositivos. Para ello, hay que acceder a la configuración del router. El nombre de usuario y contraseña suelen estar en el manual del aparato o en un adhesivo pegado al router.
Se puede buscar el historial de dispositivos conectados a nuestro Wi-Fi. Lo encontraremos, generalmente, en el apartado DHCP o en el registro de los equipos asociados a la red. Ya que la IP de nuestros aparatos puede cambiar, hay que identificar al intruso a través de la dirección MAC, es decir, la dirección física de cada dispositivo. Este número, de 12 caracteres entre cifras y letras.
También es muy aconsejable reforzar el protocolo. El mejor sistema para proteger nuestra red doméstica es el protocolo WPA2-PSK. Éste se selecciona en la configuración del router. Si la configuración nos permite modificar también el encriptado, elige la opción AES. Otra buena opción de mejora es ocultar el router, para que los dispositivos ajenos no puedan detectarlo.
Si las sospechas se confirman cambia el nombre y la contraseña de la red, especialmente si es la primera que viene por defecto. En la nueva contraseña no utilices la fecha de nacimiento o el nombre de tu perro, pues tardarán 5 minutos en volver a robarte el wiffi. Muchas contraseñas fáciles pueden obtenerse en las publicaciones de Facebook, por ejemplo. Crea una contraseña fuerte con caracteres que no tengan sentido humano.
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