En los términos de servicio de Facebook (eso que no se lee) se explica que es requisito utilizar el nombre real de la persona que utiliza un perfil de usuario. En un principio la compañía no era muy exigente con este requisito pero recientemente está obligando a los usuarios a que cambien sus seudónimos, nombres falsos o artísticos bajo la amenaza de bloquear el acceso a la cuenta.
Muchas empresas que utilizan perfiles personales tendrán problemas tarde o temprano y cualquier día se encontrarán con la solicitud para que cambien el nombre de la empresa por el nombre real del usuario del perfil. Si no se realiza el cambio la cuenta quedará bloqueada. Los artistas que utilizan seudónimos son otro sector de la red social afectado por la política de la compañía ya que en muchas ocasiones el nombre artístico es la referencia popular y los nombres personales son desconocidos.
La intención de esta política se relaciona con el rumbo económico de la red social. Los nombres de empresa en los perfiles personales hacen perder facturación a la compañía y escapan al control de los algoritmos que condicionan la gestión en las páginas de empresa, donde la propagación del contenido de forma orgánica es muy reducido y las empresas se ven obligadas a realizar publicaciones promocionadas con pagos periódicos para llegar a su público o ganar seguidores.
La picaresca de utilizar nombre de empresa en perfil personal también crea una diferencia injusta, porque los usuarios que cumplen las políticas de Facebook y trabajan en páginas tienen una clara desventaja en la propagación de su información. Poco a poco Facebook está regulando su espacio para ordenar las identidades, luchando también contra los millones de perfiles falsos que hacen desconfiar a los anunciantes porque alteran la realidad en los resultados de los análisis.
La política de nombres reales en Facebook hace que se den algunos casos absurdos, como ocurrió con Chase Nahooikaikakeolamauloaokalani Silva, un perfil de Hawai a quien Facebook obligaba a cambiar su verdadero apellido por incredulidad.
Google+, la red social de Google abrió sus puertas en Internet con una exigencia elevada en relación a las identidades pero hace unos meses cambió su política. Curiosamente cuando Google no permitía nombres de empresa o falsos, Facebook si los toleraba y ahora la situación es justo la contraria.
Otra motivación de la compañía es crear la base de datos sobre las personas más completa del mundo. Si la información fuera veraz, la red social se podría convertir en un instrumento imprescindible para muchas actividades, como votar, pagar impuestos, realizar operaciones bancarias, gestión empresarial y muchas otras que no tienen sentido si los datos no son reales.
Esta aproximación hacia la «Big database of people» abriría muchas posibilidades comerciales con instituciones y empresas. En este sentido se crea una inquietud al pensar que la contratación de una persona dentro de unos años dependa de la información que ofrece su imagen digital en Facebook, donde pueden influir las fotos publicadas hace años, sus gustos o sus amistades, por ejemplo.